Con este pequeño texto participé en el concurso de microrelatos del periódico Canarias 7. No gané...así que ahora toca compartirlo con ustedes en mi pequeño espacio personal. La extensión y la primera frase venían estipuladas por la organización.
Abrió el periódico de ese día y no pudo evitar el temblor que sacudió todo su cuerpo ante la fotografía que vieron sus siempre tristes ojos verdes. En aquella imagen, la sonrisa más bonita que había visto en toda su vida en la cara del hombre que más había amado. Su único y verdadero amor parecía mirarla desde el gris papel.
Cerró los ojos para mantener las lágrimas que brotaban con pena. Él había muerto sin saber que ella todavía le amaba.
La suya había sido una de tantas historias trágicas de dos jóvenes que se enamoran de quien no deben. Sus vidas eran tan diferentes, ella era la única heredera de un importante empresario y él, un joven periodista que se ganaba la vida como podía.
Todo el mundo había puesto el grito en el cielo, nadie aprobaba esa unión y nunca nadie supo que él le había dado sus primeros besos, sus primeras caricias,
que aquel humilde muchacho había sido su primer hombre, su primer y único amor.
!Abuela!- gritó una voz tras ella- ¿Porqué lloras?
Por los recuerdos Javier- musitó sin más a su nieto.
¿Pero son malos o buenos?
Lo mejores cariño, los mejores- y sonrió.
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